09 August, 2006

Sin definición posible...

«El instinto maternal. Ese deseo de coger a un niño en brazos. Un bebé. Una ilusión. El vacío de no sentirse. La ausencia del amor. Sensaciones diferentes, a la postre, el mismo fondo. No querer salir a esa gran cueva que te amenaza en cada esquina. Todo, contigo. Todo, conmigo. Nada, sin ti. Palabras vacías porque el manto que las cubre es un disfraz, mentirsos, inocuo, vacío, al fin y al cabo. Ningún sentido en lo que escribo. Ningún sentido, en lo que seinto. No hay nada en común, nada que te ayude a seguir, nada que te empuje a caer al precipicio. Y sin embargo, te tiras. Ese sentimiento de vacío te empuja al vacío. El encontrarte con el origen. Más de dos días de búsqueda... llega un sólo instante de vacío y te sientes liberada. En resumen, conflictos. Interiores. Exteriores. continuos. Contigo, conmigo, con los que están, con los que se fueron, con los que aparentan estar pero en realidad no están. Con todo, siempre, a cada segundo. Conflictos de ideas, conflictos de sentimientos, al fin y al cabo. Discusiones, orgullo, miedo, silencio. Y al final, siempre, tú. Sin nada, vacía, sola. Sólo, el sentirte. Nada. Tú».