Pese a todo, y sabes muy bien a qué me refiero con todo, sigo teniendo unas ganas enormes de que me abraces. Te echo de menos, aunque no te lo creas. Una inmensidad, te echo de menos una inmensidad. Echo de menos aquellas largas charlas donde me abrazabas mientras acariaciabas mi espalda, aquellos besos de niña chica que tengo guardados en lo más profundo de mi alma pero que ya nunca encuentro en tus labios... en vez de ellos, ahora sólo recibo esos "malditos" besos de compromiso, aquellos que das a cualquiera llenos de un cariño ínfimo.
Lo único cierto ahora, tras más de ocho meses, es que consigues hacerme sonreír cuando no tengo ninguna gana de hacerlo; consigues que al final, te mire y busque en tus ojos una sóla razón para sentirme tan tuya como me siento. El paso de los días me concede un valor que nunca he tenido. Ahora, que empiezo a ver el final del camino, el principio del abismo, me invade un miedo terriblemente doloroso, una soledad inmensamente triste. Es otra vez ese miedo a no saber qué hacer cuando me vaya, ese antiguo miedo que un día me impidió acercarme a ti, esa tonta vergüenza de la que tanto te burlaste. Releyendo un viejo email, el progreso nos invade, he vuelto a sentir esa inquietud al mirarte, pero sobre todo, al verme reflejada en tus palabras. "Yo también tengo ganas de verte"... cómo han cambiado las cosas...
Lo único cierto ahora, tras más de ocho meses, es que consigues hacerme sonreír cuando no tengo ninguna gana de hacerlo; consigues que al final, te mire y busque en tus ojos una sóla razón para sentirme tan tuya como me siento. El paso de los días me concede un valor que nunca he tenido. Ahora, que empiezo a ver el final del camino, el principio del abismo, me invade un miedo terriblemente doloroso, una soledad inmensamente triste. Es otra vez ese miedo a no saber qué hacer cuando me vaya, ese antiguo miedo que un día me impidió acercarme a ti, esa tonta vergüenza de la que tanto te burlaste. Releyendo un viejo email, el progreso nos invade, he vuelto a sentir esa inquietud al mirarte, pero sobre todo, al verme reflejada en tus palabras. "Yo también tengo ganas de verte"... cómo han cambiado las cosas...