«Hace varios días que ando especialmente nostálgica. Y en realidad, no sé muy bien por qué. Cuando hace frío, sentarse en la ventana a recordar tiempos mejores siempre se antoja placentero, una taza de chocolate, una estufa y el vapor empañando unos cristales que te catapultan directa al pasado. Pero con este calor... Pues ahora he trasladado la mecedora de la ventana al sillón de mi coche. Los 140 kilómetros que recorro cada día (Morón-Sevilla, Sevilla-Morón) los ocupo pensando en todos esos temas que suelen ser mi "pan de cada día", aunque, como digo, de un tiempo para aquí —aunque más bien debería decir de unos viajes para aquí— me siento invadida por los recuerdos, me han absorbido, como a un extraterrestre. Tanto, que me cuesta escribir, escribirte. Recae sobre mí un peso enorme cuando cierro los ojos y apareces en mi mente, haciendo subir un escalofrío inmenso que me recorre el alma como un huracán el desierto. Un peso que, aunque invisible, se apodera de mí y me roba la poca fuerza que aún me queda desde que te marchaste. Un peso que me deja aún más vacía de lo que tú me dejaste ese mismo día. Y todo, siempre ocurre en el mismo instante, en el momento en el cual un recuerdo tuyo decide merodear por las entretelas de mi corazón y hurgar en un pasado demasiado doloroso para llevarlo en la maleta que me acompaña día a día. El recuerdo, el tren que pasó, lo que nunca fue y pudo ser, lo que imaginé, las estrellas y el césped. Todo me atormenta, me roba las sonrisas y se las lleva a no sé dónde, pero se las lleva y eso me enfurece. Me hace sentir triste, me hace vulnerable, me convierte en vacío. Todo lo que tanto odias. Todo lo que tanto odio. Y sin embargo, llama la atención que sólo pensar en ti, en dónde estás o cómo, me reconforta y a la vez me destruye, me entristece y a la vez me hace soñar, me zarandea una y otra vez, como el viento a un barco a la deriva, como la noche a un moribundo, como el amanecer a unos amantes furtivos. Al fin y al cabo me confunde, casi tanto como tú. Recordar, que es lo que suelo hacer ahora que ya no estás y que es lo que me mantiene aún en pie, aquello que un día fue tan nuestro, aquello que un día me hizo tan feliz, aquello por lo que merece la pena seguir anclada en el pasado, aquello, tú y yo, los de entonces, aún sigue doliendo aquí adentro. Probablemente, porque aún sigue vivo. Porque, en realidad, no está más cerca del pasado que del presente, porque quizá, se encuentre, como yo, a medio camino entre el día a día y el pasado, entre hoy y ayer, entre hoy y mañana. Y ese estancamiento en el que he caído, ese pozo sin fondo, ese mar sin horizonte, esas tardes sin sol, esas canciones sin letras, me provocan una tristeza infinita. La ausencia, la ausencia de no tenerte, la ausencia de sentirte tan mío que siento tu recuerdo clavado en mí como parte de mi piel, suave piel, me hunde en una mísera tristeza, me destruye, pero, al fin y al cabo, me sigue manteniendo en pie por el simple hecho de saber que un día, un día cualquiera, volverás».
2 comments:
vaya, siento sentirme tan dentro de este texto somo si yo lo hubiese escrito. "Todo pasa y nada queda, pero lo nuestro es pasar..." Ya vendrán tiempos mejores y recuperaremos la añorada sonrisa.
Cool guestbook, interesting information... Keep it UP
vitamins liquid aston martin parts Auxiliary fan resistor for bmw e39 bmw 325ci Mitsubishi eclipse performance mods 1999 chrysler sebring coupe botox injection vancouver bmw grey rhode island bmw z8 price valium lyrics
Post a Comment