17 October, 2012

Te necesito...

Hoy es uno de esos días en que te necesito para respirar.
Ansío sentir el olor de tu cuerpo acercándose, ese brillo en tu mirada que me hace temblar y sentirme la mujer más guapa del mundo.

Siento una profunda decepción, que me aboca a una tristeza casi iracunda. Me siento tan triste que casi no alcanzo a contener las lágrimas en la comisura de los labios, siento cómo me derrumbo a cada paso y a nadie le importa.

Así estoy yo. Como aquel día, ¿te acuerdas?


- Vamos, enana. No llores, por favor.
- ...
- Por favor, deja de llorar. Me hace daño verte tan triste. No quiero ver tus ojos preñados de tanta tristeza, llenos de tanta amargura. Respira, mírame, me tienes en tus brazos, estoy loco por ti, sólo quiero respirarte y que me respires. Solos tú y yo. Sólo, nosotros. 

- Yo...
- Tú me tienes a mí. Y sobre todo, yo te tengo a ti, y tengo todo lo que necesito. ¿Me das un beso?
- ...
- Venga, dame un beso. Sólo uno. Pequeñito, como tú; dulce, como tú; inolvidable, como todos los anteriores. 

Y ése fue uno de los besos más bonitos del mundo. 

Venga, no llores. Ahora no.
Y así me levanto cada día exigiéndome mantener a raya unas lágrimas declaradas en rebeldía desde hace demasiado tiempo. Voy perdiendo la lucha...