
Lo había imaginado cientos de veces... Había imaginado cómo me sumergiría en tus pensamientos, cómo te adentrarías en mí. Había imaginado una y otra vez cómo se sentiría mi piel cuando tus manos anhelasen su textura; cuando las mías recorriesen tu cuerpo ardiente. Había imaginado cómo me vería ante ti, cómo sería la ilusión mezclada con la inquietud, la inquietud con el deseo, el deseo con el placer... Había imaginado cómo besarte, cómo era besarte, cómo... Y ahora, cuando sé cómo es besarte, cómo me siento al hacerlo, cómo me haces sentir al besarme, apenas puedo creerlo. Y ahora sé qué se siente cuando la piel se cubre de placer; sé qué se siente cuando mis labios acarician los tuyos y tiemblo porque no es un sueño; cuando mi cuerpo se llena de ti, cuando me lleno de tu calor, cuando tu aliento me atraviesa, cuando me sonrojas, cuando te burlas, cuando me acaricias el pecho desnudo y la piel erizada. Sé qué se siente cuando el amor fluye entre la sangre acelerada de mis venas, cuando la pasión me envuelve, cuando tu pasión me llena.
Siento que he cerrado los ojos en el primer beso y no los he vuelto a abrir hasta el último; siento mi cuerpo, junto al tuyo, tendido, cubierto de una extraña felicidad que ahora me llena la sonrisa, lleva aire a mis pulmones, sangre a mis venas, vitalidad hasta los más hondo de mis entrañas... Y alimenta cada uno de los momentos vividos contigo.
Aún puedo sentir a qué saben tus caricias y a qué huele mi pelo después de acariciarlo; aún siento tus manos galopando sobre mi pecho desnudo, tu cuerpo asido a mi cintura, tu respiración anclada a los latidos desarbolados de mi corazón. Aún puedo pensar en ti y sonrojarme, como cuando el primer beso en la escalera, y sonreír como si sintiera esa vergüenza tonta que tanto te hace reír. Y puedo reír pensando en ti, y puedo soñar, y puedo imaginar... Sobre todo, puedo, sin necesidad de cerrar los ojos, verme reflejada en ti y sentirme feliz.
"Lo que quiero decirte, amor, es que he sido tan feliz contigo".
Alejandro Sanz.