21 December, 2007

El espíritu navideño



Se ha perdido. El espíritu navideño se ha perdido definitivamente, o eso parece.
Esta semana me he paseado por los centros comerciales de Sevilla como doscientas veces o así. No exagero. "Encargar" los regalos a los Reyes Magos tiene su tiempo. Pero hay más de uno que se le olvida que todo esto se produce en Navidad, y que uno, en Navidad, no debe enfadarse.
Estaba yo hoy en el mostrador de información de El Corte Inglés, esperando mi turno -todos sabemos que en Navidad hay que esperar el doble de tiempo, entonces, ¡para qué quejarse!- cuando escucho a un "tipo" (hasta ese momento no tenía definición) recriminando a la dependienta no sé qué cosa; vamos, que había tenido que ir por el ticket -y al lado había un cartel de al menos 25 centímetros: Necesario el ticket de compra para cualquier devolución-, que había tenido que esperar dos veces la cola y que se estaba equivocando. En efecto, la dependienta se había creído que no podía hacer una devolución sólo con el cargo de la tarjeta, pero en realidad sí podía. Se lo estaba intentado explicar, pero el tipo nada, erre que erre, a su rollo, sin dejarla hablar. Que si hay que ver qué tanto tiempo, que si ahora dice esto y no lo otro, que si no puede pedir perdón -¡quillo! que te está intentado explicar las cosas-... Y el colmo fue cuando la muchacha le pide la tarjeta y se la tira en el mostrador: ahora la tarjeta, y el carnet -con el correspondiente porracito en la mesa-, a ver qué más quiere.

Le miré con cara de asesina. Es una trabajadora, pero es una persona. Y a nadie le gusta trabajar en Navidad, pero hay gente que tiene que hacerlo para que otros, como yo y, por desgracia, como el tipo podamos hacer nuestros "encargos". Pues no.

Primero. Qué poca educación. Todos hemos reclamado alguna vez algo, pero no así, con ese tono tan despectivo.
Segundo. Es Navidad, tío. Una tregua aunque sea en Navidad. Es tiempo de estar con la familia, de cantar, de comer, de abrir regalos... Es un tiempo feliz al menos para los que puede serlo. Pero no te encargues tú de amargarle el día a nadie.
Tercero. Me sorprende que, cuando termino de pagar en los sitios o cuando me voy de algún lado, al decir Feliz Navidad, la gente se sorprenda y diga "Igualmente". Es el tono de sorpresa y a la vez de agradecimiento lo que me hace más feliz. Me siento bien haciéndolo. Y me gusta.

Así que, chicos y chicas, Feliz Navidad.

16 December, 2007


Mi corazón empieza a tomar aire. Si es que ya dije que el blog debió llamarse http://mividaenblancoyverde.blogspot.com, pero... Pese a que este Betis sigue dando casi la misma pena de antes, ese casi, unido a las dos victorias consecutivas en liga, parece que nos ha dado un poquito de aire. No es que sea un vendaval, pero menos dan las piedras... O Cúper, según se mire.
Lo cierto y verdad es que, aunque el equipo no juega como el Arsenal del genial Cesc Fábregas -expulsado ayer ante el Chelsea-, parece que va a mejor. Y eso es lo más positivo que tenemos que quedarnos, que va a mejor.
De todas formas, por lo que he podido ver, el partido de ayer ante el Almería -cómo juega al fútbol la gente de Emery- no fue ni mucho menos para enseñárselo a mis niños cuando sea abuela, pero... Hay que tener paciencia. Al menos, no terminamos sufriendo.
Mención aparte merece el "tanque" Pavone, que, cierto es que como modelo no tiene futuro, pero como delantero se lo está ganando poco a poco. Ayer hizo otros dos goles y le anularon otro que, en honor a la verdad, tengo que decir que parece legal. También es cierto que el Almería terminó con diez, y que pudo hacerle algún que otro gol cuando ganaban 0-1 después del penalti de Negredo, pero... Bueno, ganamos y eso, hoy por hoy, es un mundo.
Hoy soy un poquito más feliz.

19 November, 2007

Los árbitros y las capitales

"Robos" arbitrales los ha habido en todos los campos. Árbitros que rompen ilusiones y equipos que se vienen abajo. Hasta ahí, estamos de acuerdo. Pero de ahí, a formar lo que se formó ayer en El Arcángel (estadio del Córdoba), no tiene nada que ver. Pero nada de nada.
Al término del partido, los "ultras" blanquiverdes esperaron la salida, supuestamente, del árbitro para recriminarle no sé muy bien qué, porque, humanos somos todos, y todos nos podemos enfadar. Y de pronto, salen los compañeros de Canal Sur, que estaban más indignados que nadie -que por cierto, el Poli Ejido también es andaluz- y empiezan cuatro tontos a increparles, a decirles de todo, a amenazarlos y casi a pegarles, de no ser por la actuación de la Policía. Pero vamos a ver... Que no nos cieguen los colores. Que no, que así no vamos a ninguna parte. Que no hay culpables, que el árbitro es una variante en una ecuación y ya está. Que si no se gana este pues será otro. Que sí, que jode, claro, a mí me lo vais a contar; pero ya está. Uno se va a casa con su mosqueo, deja al árbitro por los suelos y el lunes, a trabajar. A crear otra vez la ilusión y ya está.
Lo más gracioso de todo es que entre los insultos a los periodistas de Canal Sur estaba el de "sevillano, sí, que tú eres de Sevilla...". Y yo. Y qué. No veo dónde está el insulto.
Qué pena que no sepamos ver lo bueno de tener ocho capitales. Qué pena que creamos que hay ocho banderas y no una. Así le va tan bien a la gente de Cataluña. Porque ellos van a una. No como nosotros, que en vez de parecer paisanos parecemos enemigos. Si es que alguno no se cree que en realidad lo somos. En fin.

09 November, 2007


Quisiera ser capaz, decirte la verdad, decirte que me va realmente mal...
Y en lugar de eso, sonrío y tiemblo...


Hace muchísimo tiempo que no escribo en el blog. Demasiado. No es apatía, ni falta de temas, es... Supongo que un poco de todo. Una mezcla.


Y hoy no es que sea el mejor día. Pero quiero dejar constancia aquí, en mi blog, en mi cuaderno de bitácora, en mi particular desquite de sentimientos encontrados y fuertes emociones, en casi el único rincón en el que puedo ser yo sin temor a ser considerada absurda, tonta y pequeña, inculta e inmadura, lo que me aturde en estos instantes.


Casi marca el reloj las doce de la noche. Y, desde aquí, quiero decirte, a ti, a ese tú al que le llevo escribiendo casi un año, al que me hace sentir tan bien tantas veces, tan especial tantas otras, que lo siento. Lo siento en el alma. Siento ser tan tonta y no ver las cosas buenas. Siento ofuscarme, enzarzarme en una pelea absurda, discutir sin tener por qué. Siento no ser capaz de decirte la verdad. Siento ser tan burra.


Quiero decirte gracias, gracias por todo. Por estar ahí siempre, por quererme, a tu forma; quiero pedirte que me perdones, que no pasa nada, que eso es lo de menos, que voy a estar aquí para tus días malos, también.


Gracias. Muchas gracias.