
Al término del partido, los "ultras" blanquiverdes esperaron la salida, supuestamente, del árbitro para recriminarle no sé muy bien qué, porque, humanos somos todos, y todos nos podemos enfadar. Y de pronto, salen los compañeros de Canal Sur, que estaban más indignados que nadie -que por cierto, el Poli Ejido también es andaluz- y empiezan cuatro tontos a increparles, a decirles de todo, a amenazarlos y casi a pegarles, de no ser por la actuación de la Policía. Pero vamos a ver... Que no nos cieguen los colores. Que no, que así no vamos a ninguna parte. Que no hay culpables, que el árbitro es una variante en una ecuación y ya está. Que si no se gana este pues será otro. Que sí, que jode, claro, a mí me lo vais a contar; pero ya está. Uno se va a casa con su mosqueo, deja al árbitro por los suelos y el lunes, a trabajar. A crear otra vez la ilusión y ya está.
Lo más gracioso de todo es que entre los insultos a los periodistas de Canal Sur estaba el de "sevillano, sí, que tú eres de Sevilla...". Y yo. Y qué. No veo dónde está el insulto.
Qué pena que no sepamos ver lo bueno de tener ocho capitales. Qué pena que creamos que hay ocho banderas y no una. Así le va tan bien a la gente de Cataluña. Porque ellos van a una. No como nosotros, que en vez de parecer paisanos parecemos enemigos. Si es que alguno no se cree que en realidad lo somos. En fin.
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