03 December, 2010

Abondonándome a ti...

Abandonada.
Aturdida.
Desalentada.

Me siento tan vacía que apenas recuerdo dónde estás, dónde puedo encontrarte. Los días pasan, las horas pasan, los otros pasan y tú, y tú no estás, y cuando estás es como si no hubieses llegado, como si hubieses llegado pero te hubieras ido en el segundo instante.
No hay nada. Sin ti, sin nadie, sin aliento, sin ganas, sin risas, sin lágrimas, sin aliento, sin valor. Nada. Tan vacía como el primer día que llegaste. Tan vacía como el último día que viniste.
Y en sueños, tú. Y en sueños, tus besos. Y en sueños, tu piel.

Y entonces, vuelvo a sentirme, vuelvo a tenerte. Por unos instantes, por unos segundos mi corazón se acelera, tiembla, se envalentona y te abre los brazos. Pero ya no estás. Te has ido. Un instante. Sólo un instante.
Y, pese a lo efímero del momento, es lo poco que aún me mantiene viva.

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