21 July, 2008

Mil noches así

Acabo de despertar. Estás a mi lado. Dormido. Te miro y sonrío, como antaño. Pero ahora sonrío sin miedo a lo que pasará después , sin miedo a que desaparezcas.
Te beso. Despacio, con suavidad; dejo caer mis labios en los tuyos y al roce de mi aliento con la comisura de tus labios casi despiertas. Vuelvo a besarte, en el cuello. La punta mi lengua recorre cada poro de tu piel erizada, desde de principio de tu cuello hasta la parte inferior de tus orejas. Mi lengua se balancea poco a poco por tu pecho desnudo. Empiezas a despertar. Me lo dice tu mano apretando mi espalda. Mi aliento sobrevuela tu torso y baja hasta el abdomen.
Sigues con los ojos cerrados, respiras con ansia, te siento palpitar. Te ansío. Te pruebo. Me gustas. Y mi lengua recorriéndote de nuevo. Acaricias mi pelo y la piel de mis pechos se eriza. Me agarras con fuerza y me atraes hasta tus labios. Estoy sentada sobre ti. Me muevo hacia adelante y tú agarras mis caderas y me miras con deseo. Con ansia. Yo, con el labio inferior mordido, te pido más. Y me muevo hacia adelante y hacia atrás. Contigo, sobre ti. Me falta aire para besarte, fuerza para respirar. Me tumbas a tu lado, me abrazas y respiras tranquilo.
Y yo te miro mientras duermes y veo el reflejo de mi sonrisa en tus ojos entreabiertos. Estoy sonriendo. Contigo.

2 comments:

RÿSkA said...

Erotismo en estado puro.

Muchos besos princesa.

Agur

Alberto García said...

Y yo que creía que lo mejor de despertar era el desayuno. Iluso de mí.