19 November, 2007

Los árbitros y las capitales

"Robos" arbitrales los ha habido en todos los campos. Árbitros que rompen ilusiones y equipos que se vienen abajo. Hasta ahí, estamos de acuerdo. Pero de ahí, a formar lo que se formó ayer en El Arcángel (estadio del Córdoba), no tiene nada que ver. Pero nada de nada.
Al término del partido, los "ultras" blanquiverdes esperaron la salida, supuestamente, del árbitro para recriminarle no sé muy bien qué, porque, humanos somos todos, y todos nos podemos enfadar. Y de pronto, salen los compañeros de Canal Sur, que estaban más indignados que nadie -que por cierto, el Poli Ejido también es andaluz- y empiezan cuatro tontos a increparles, a decirles de todo, a amenazarlos y casi a pegarles, de no ser por la actuación de la Policía. Pero vamos a ver... Que no nos cieguen los colores. Que no, que así no vamos a ninguna parte. Que no hay culpables, que el árbitro es una variante en una ecuación y ya está. Que si no se gana este pues será otro. Que sí, que jode, claro, a mí me lo vais a contar; pero ya está. Uno se va a casa con su mosqueo, deja al árbitro por los suelos y el lunes, a trabajar. A crear otra vez la ilusión y ya está.
Lo más gracioso de todo es que entre los insultos a los periodistas de Canal Sur estaba el de "sevillano, sí, que tú eres de Sevilla...". Y yo. Y qué. No veo dónde está el insulto.
Qué pena que no sepamos ver lo bueno de tener ocho capitales. Qué pena que creamos que hay ocho banderas y no una. Así le va tan bien a la gente de Cataluña. Porque ellos van a una. No como nosotros, que en vez de parecer paisanos parecemos enemigos. Si es que alguno no se cree que en realidad lo somos. En fin.

09 November, 2007


Quisiera ser capaz, decirte la verdad, decirte que me va realmente mal...
Y en lugar de eso, sonrío y tiemblo...


Hace muchísimo tiempo que no escribo en el blog. Demasiado. No es apatía, ni falta de temas, es... Supongo que un poco de todo. Una mezcla.


Y hoy no es que sea el mejor día. Pero quiero dejar constancia aquí, en mi blog, en mi cuaderno de bitácora, en mi particular desquite de sentimientos encontrados y fuertes emociones, en casi el único rincón en el que puedo ser yo sin temor a ser considerada absurda, tonta y pequeña, inculta e inmadura, lo que me aturde en estos instantes.


Casi marca el reloj las doce de la noche. Y, desde aquí, quiero decirte, a ti, a ese tú al que le llevo escribiendo casi un año, al que me hace sentir tan bien tantas veces, tan especial tantas otras, que lo siento. Lo siento en el alma. Siento ser tan tonta y no ver las cosas buenas. Siento ofuscarme, enzarzarme en una pelea absurda, discutir sin tener por qué. Siento no ser capaz de decirte la verdad. Siento ser tan burra.


Quiero decirte gracias, gracias por todo. Por estar ahí siempre, por quererme, a tu forma; quiero pedirte que me perdones, que no pasa nada, que eso es lo de menos, que voy a estar aquí para tus días malos, también.


Gracias. Muchas gracias.