11 May, 2007

Echarse o no novio...(I)

"Ojala y te me borraras para siempre de mi vida
Para no volverte a ver
Ojala y te borraras por las noches en el día
Para no volverte a ver
Ojala y te me esfumaras de mis sueños, vida mía
Para no volverte a ver".

Maná. Amar es combatir.

Recuerdo el capítulo de Sexo en Nueva York en el que el gran amor de Carrie, Big, la recoge con el coche en medio de una avenida y le dice, después de que ella le "comentara" que Aidan le había pedido matrimonio: "Chica, tú no eres de las que se casan...".


Alguien me dijo hoy: "Tú no eres de las que se echa novio...".
¿Y por qué no? Pero la pregunta no es esa, ahora mismo. La pregunta es... ¿Hay un prototipo, un canon, un modelo para convertirse en "mujer que se casa"? O, es más, ¿hay que cumplir requisitos? Y esos requisitos, si existen, ¿se traen de fábrica o se adquieren?
Más allá de querer caer en tópicos varios sobre el amor eterno, el flechazo y varios -espero no caer nunca en eso (eso=tópicos=)-, una no sabe si es de las que se echa novio o no. Partiendo de la base de que el concepto es muy, muy polivalente, vamos, que tiene muchas versiones, lo cierto es que para echarse novio/a no es que haga falta una serie de requisitos personales, sino, más bien, una serie de circunstancias. Lo malo es que cada vez que intento escribirlas, me salen más tópicos. Además, en una relación hay conceptos bases que escapan al hecho de los "requisitos" básicos que en teoría se han de tener.


El sexo, por ejemplo. Encontrar la sintonía en la cama puede ser la base de encontrar la sintonía en muchos otros aspectos de la vida en común. Si él no te satisface, si tú tampoco lo haces a él, no hay comunicación... En ese aspecto, claro.


El compromiso. No necesariamente tiene que existir un compromiso serio, pero mínimo, sí. Ser novi@ de alguien implica algo más que ser fiel... que hay muchas formas de hacerle daño al otro.

Así podría seguir, pero me asaltan demasiadas dudas. Cuando se tienen una pareja, se gana en tranquilidad, vamos, eso dicen. ¿O es que, por contra, se gana en comodidad? Pero, ¿volveremos a sentir las mariposas en el estómago (siento este tópico, al final sucumbí) en la "primera cita? O ya no habrá más primeras citas... ¿Perderemos también la alegría del primer beso, de la primera caricia? ¿Podemos, mejor, empezar relaciones y cuando se acabe la pasión dejarlas? ¿Qué arriesgamos? O mejor, ¿a qué nos arriesgamos?